lunes, 6 de septiembre de 2010

I.LA PSICOESTIMULACIÓN COGNITIVA OTRA FORMA DE TRATAMIENTO

I.LA PSICOESTIMULACIÓN COGNITIVA OTRA FORMA DE TRATAMIENTO


La pérdida de las capacidades intelectuales pueden compensarse por la experiencia y los conocimientos adquiridos, por lo que es necesario practicarlos y mantenerlos. Motivan y reafirman la confianza y autoestima frente al aislamiento, la soledad y la depresión. La actividad social e intelectual mejora de forma global nuestro proyecto de vida favoreciendo un envejecimiento “exitoso”. En un futuro próximo, las personas a las que se les diagnostique una EA serán pacientes con mayor necesidad de información en lo que afecte a su calidad de vida, toma de
decisiones acerca de su salud y gestión de su dependencia. Sin duda, la calidad de vida de esta nueva generación de enfermos estará determinada por la necesidad de mantener y preservar al máximo sus actividades intelectuales. Recientemente, la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, en su edición de junio, ha publicado un artículo del Einstein Aging Study en el que se asocia actividades
De ocio con un bajo riesgo de padecer demencia. Las actividades cognitivas tales como leer, escribir, participar en grupos de discusión, jugar a juegos de mesa, tocar un instrumento musical o hacer rompecabezas  y crucigramas, disminuyen el riesgo de demencia frente a la mera actividad física como caminar, ir en bicicleta, nadar, realizar tareas domésticas, subir escaleras o bailar, según el referido estudio.

Todas estas actividades han sido evaluadas con baterías e instrumentos cognitivos que demuestran una mejoría en los mismos. Aunque estas actividades han sido clasificadas arbitrariamente, lo que sí es notorio es que mejoran las condiciones de las personas mayores y su relación posterior a desarrollar una demencia. Las actividades cognitivas, metodológicamente administradas a los enfermos de EA, mejoran su capacidad intelectual, autonomía y bienestar si las aplicamos ya desde el inicio de la enfermedad al unísono con los tratamientos farmacológicos,
Siendo un valor añadido a su eficacia. Más tarde será más difícil de integrar esta terapia y los resultados serán escasos.
La estimulación cognitiva realizada en Alzheimer Centre Educacional, siguiendo la metodología del Programa de Psicoestimulación Integral, como estrategia terapéutica psicosocial que trabaja con las técnicas de la neuropsicología cognitiva aplicada, ha demostrado ser beneficiosa en esta población. Un reciente trabajo de investigación sobre los efectos de la estimulación cognitiva y la capacidad de aprendizaje en personas sanas, deterioro cognitivo leve y enfermos de Alzheimer, realizado en la Universidad Autónoma de Madrid con la Fundación ACE.  Instituto Catalán
 de Neurociencias Aplicadas, demuestra que existe capacidad de aprendizaje en las tres poblaciones, si bien está disminuida en los enfermos de Alzheimer, lo cual reafirma la necesidad de esta estrategia al inicio de la enfermedad.

II. LA SOCIEDAD Y LOS CUIDADORES

La Enfermedad del Alzheimer (EA) será, en este primer cuarto de siglo, el gran reto social. El enfermo es y será su máximo exponente. L as estrategias de cuidados se desarrollarán en paralelo a los avances científicos.  La sociedad experimentará y analizará los cambios de cada uno de los agentes que intervienen en el cuidado de la persona con demencia, frágil por la edad, y dependiente por la pérdida de capacidad intelectual y funcional, reconociendo que cuidadores, familiares o profesionales son una población de riesgo expuesta a padecer más trastornos físicos y psíquicos. Los profesionales de la salud, la sociedad civil y los cuidadores compartirán responsabilidades e intervenciones médicas y psicosociales con objetivos comunes, desarrollando estrategias de prevención y detección de crisis de la estructura familiar, creando y desarrollando modelos de atención ágil y adaptable a los cambios.

Es un hecho conocido que, en los últimos diez años, existe un cambio notorio en el perfil de los cuidadores, tiempo e intensidad de los cuidados y criterios de calidad de los mismos. Cada vez más, cuidador y cuidados responden a una actividad hecha a medida del entorno del enfermo y de la enfermedad. Longitudinalmente, en el mundo occidental se prevé que los cuidadores pasarán a ser exclusivamente familiares, con escasa cualificación y formación en cuidados, dedicadas al cuidado personal y quehaceres domésticos. Sus escasos conocimientos y capacidad educativa demorarán la implantación de la estimulación cognitiva en los
cuidados, razón que de confirmarse impone una nueva responsabilidad pública: la de instruir y educar a estos colectivos con el fin de garantizar una buena y correcta atención a EA.

III. CUADERNOS DE REPASO:

RECOMENDACIONES PARA SU USO
La mayoría de las personas que padecen de EA residen en
su domicilio y son cuidados por sus familiares. La formación tiene que abarcar no sólo a los médicos sino también a los cuidadores y a las familias, mejorando el conocimiento de la enfermedad y aprendiendo y enseñando a reeducar a los enfermos a fin de mantener el funcionamiento y la independencia de los pacientes y reducir la carga asistencial que representan para sus familias (Khachaturian, 1997).
Los objetivos que se persiguen con la aplicación de este cuaderno son:
disminuir la progresión del deterioro cognitivo.
restaurar las habilidades cognitivas en desuso, partiendo de las funciones intelectuales conservadas.
mejorar el estado funcional de la persona, su capacidad para actuar, desarrollando las competencias que le permitan vivir de la forma más autónoma posible.
Promover la actividad.
Proporcionar las bases para una interacción interpersonal útil y amena, para compartir experiencias.          
Mantener la dignidad humana.
Así, presentamos este cuaderno de ejercicios para estimular y ejercitar las principales funciones cognitivas que se pueden ver afectadas en los procesos de deterioro cognitivo o demencia: lenguaje, memoria, reconocimiento y praxias, cálculo y funciones ejecutivas.

Los ejercicios se hallan agrupados atendiendo la función que se activa preferentemente.Esto no significa que las funciones cognitivas actúen aislada y exclusivamente, sino que están muy interrelacionadas y suelen actuar al unísono al ser provocadas por un estímulo cognitivo. Se proporcionan propuestas útiles, prácticas y estrategias para su desarrollo que pueden adaptarse a las características individuales de cada persona o se pueden utilizar como base para el desarrollo o creación de nuevos ejercicios modificando aquello que se considere oportuno. Al realizar
este cuaderno, deben ir alternándose los ejercicios de las distintas áreas cognitivas.

Cada uno de los ejercicios consta de 4 apartados:
1. Función cognitiva que se trabaja, la subárea y su nivel de dificultad: bajo, medio o alto. En algunos ejercicios se indica un nivel de dificultad bajo-medio o medio-alto debido a que éste varía en función de la progresión del deterioro.
2. Material: en caso de que sea necesario para la realización del ejercicio.
3. Instrucciones que el “cuidador”; sin excepción, debe leer y explicar del modo que crea que será más comprensible para la persona. Es importante remarcar que estos ejercicios no pretenden ser un medio valorativo, “un examen”, sino que se trata de ayudarle a ejercitar sus habilidades, ayudarle a no olvidar.
4. Este apartado lo constituye el ejercicio propiamente dicho. Muchos de ellos se han diseñado para ser realizados en el mismo cuaderno, otros incluyen las especificaciones necesarias para su realización dentro de un entorno conocido como es el de su domicilio y aprovechando la posibilidad de la utilización de material real. Algunos ejercicios tienen una carga cultural importante, y por ello no serán apropiados para aquellas personas que no hayan tenido la oportunidad de acceder a un “sistema educativo formal”. No se trata de conseguir que adquieran conocimientos que nunca han tenido, sino de que ejerciten aquellos
conocimientos que ya tenían.
Al final del cuaderno encontrará una página de instrucciones (recuerde) que debe tener en cuenta al administrar todos y cada uno de los ejercicios, y también encontrará un apartado para su ayuda en el que se ofrecen estrategias, especificaciones y recomendaciones útiles o necesarias para la correcta realización del ejercicio en concreto.
A continuación se detallan algunas indicaciones a tener en cuenta para la correcta utilización de este cuaderno:
Se precisa de una supervisión activa y constante de la persona. Realizar los ejercicios conjuntamente, sin ayuda si no la necesita y aumentando la asistencia en caso de que presente dificultades para la resolución de alguno de los ejercicios. Cabe insistir en que las instrucciones son para que el cuidador pueda dar las indicaciones, no para que las lea él/ella.
Debe evitarse que la persona se angustie. No es necesario que realice todos los ejercicios, puede pasar a otro ejercicio que pueda realizar o disminuir el grado de dificultad. Si es incapaz de responder adecuadamente, puede ofrecerle ayudas para encontrar la respuesta o bien darle la respuesta y pedirle que la repita. Debe reforzar las respuestas apropiadas, apreciar sus esfuerzos y ayudar a disminuir la frustración que puede sentir ante la incapacidad para responder.
Minimizar la aparición de fatiga evitando los niveles inapropiados de estimulación (es tan desaconsejable la sobreestimulación o demanda excesiva como la poca estimulación). No es necesario completar todo el ejercicio, puede hacer sólo una parte, es muy importante adaptarse al ritmo individual para la realización de cada uno: no hay prisa. Debe escogerse un momento del día en el que estén descansados (no realizarlos al atardecer o por la noche), ya que la realización de los ejercicios requiere de un esfuerzo cognitivo.
Use la regla de “poco y frecuente”. Es recomendable la instauración de rutinas.
Para la realización de los ejercicios es importante que el entorno sea sosegado,sin ruidos que puedan distraer su atención y dificultar su concentración (niños, televisión encendida, etc.). Mantener una iluminación y temperatura adecuadas.
El cuidador debe procurar controlar el medio, atender el ritmo individual,
estructurar la sesión con flexibilidad, dar las consignas con claridad y brevedad asegurándose de que la información suministrada es entendida. Es importante mantener una actitud comunicativa, paciente y amigable, estimulando la autoconfianza y dignidad de la persona con la que realiza los ejercicios.
La propuesta de estos ejercicios puede provocar en usted, como cuidador, determinados sentimientos al descubrir respuestas que desconocía acerca de él/ella (como frustración, irritabilidad, sorpresa, tristeza, alegría...). Incluso puede ocurrir que el enfermo se niegue a realizar estos ejercicios con usted ya que su papel de cuidador no es el mismo que el de maestro, instructor, etc. Si esto sucede, no se preocupe, intente  proponer los ejercicios de forma agradable, aprovechando
los momentos más apropiados en que la persona esté relajada, en
un ambiente distendido y en una actitud no académica o examinadora, aprovechando situaciones cotidianas.


Por un pasado oscuro,
de desconocimiento, de negación,
pero también de esfuerzo y de lucha,
por un presente de esperanza y dedicación,
por un futuro en el que toda persona
pueda conservar su dignidad, su autonomía su persona.

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